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Orígenes del Bordado

origen del bordado

Como mencionamos anteriormente, el origen del bordado es mucho más antiguo de lo que piensas. Camina por el origen del punto de cruz, que también es una especie de bordado.

Además, investigadores de nuestro tiempo ya han encontrado fósiles vestidos con piezas ornamentadas. Y los primeros registros de bordado que existen en el mundo se remontan a la prehistoria, en el Paleolítico, hace unos 2,7 millones de años.

Puede que te sorprendas, pero recuerda: en aquel entonces, los humanos necesitaban protegerse del frío. Y para eso, dependían únicamente de las pieles de los animales que cazaban.

Entonces necesitaban unirse a ellos de una manera que se ajustara al cuerpo. Y así aparecieron las primeras formas de coser.

En aquel entonces, las agujas se hacían con huesos y los hilos con fibras vegetales o partes de los intestinos de los animales sacrificados durante la caza.

También hay registros de bordados a mano en Egipto, durante la Edad del Bronce, período que fue de 3.000 a 1.200 años antes de Cristo.

En China, había bordados de seda ya en el siglo IV a.c.

Y, actualmente, pero todavía bastante longevo, se tiene constancia de uno de los bordados más grandes y antiguos que conocemos: el Bordado de Bayeux.

Con 70 metros de largo, esta pieza fue realizada por varias personas, bordadoras, que habitaron la región de Normandía, en Francia, entre los años 1070 y 1166.

Este bordado se realizaba con hilos de lana y algodón, en una sola pieza de tela, en los colores que existían en la época: blanco, marrón y ocre.

Sobre el tema, los hechos representados en el bordado son algunas escenas de la Batalla de Hasting, que trató sobre la invasión normanda de Inglaterra en 1066.

Modernización del bordado

Hoy en día, bordar o coser no es sólo una necesidad, ahora  también es arte.

A partir del siglo VII (7), se puede decir que Occidente se interesó más por esta técnica como una especie de adorno, para decorar ambientes.

Por ello, apenas llegó el bordado a nuestras regiones, fue muy utilizado para la decoración de iglesias.

Pero ya en la Edad Moderna, en el año 1453, el bordado no era sólo decorativo. También se convirtió en parte de la ropa común. Sin embargo, sólo para aquellos que podían permitirse una pieza personalizada.

Las piezas bordadas eran, y siguen siendo, consideradas muy sofisticadas, principalmente porque los hilos de bordar en aquella época eran muy escasos y caros, ya que se hacían y teñían a mano.

A fines del siglo XIX (XIX), con la industrialización de ese proceso, surgieron las primeras fábricas de hilos para bordar, coser, ganchillo y tejido en Brasil, como Círculo, y comenzaron a popularizar estos productos.

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